AVIFAUNA DE ISABELA

 

El cantón Puerto Villamil ubicado al  sureste de Isla Isabela, ocupa mínimo espacio territorial de la isla que con sus 4642 km² constituye más del 50% de la superficie del Archipiélago de Galápagos. Puerto Villamil es el centro urbano de Isla Isabela, con aproximadamente 3000 habitantes incluidos los residentes en la zona agrícola de la parte alta situada a 9 kilómetros.  La pequeña urbe de Puerto Villamil yace al borde del mar, festonada por palmeras tropicales, y es el punto ideal de partida para realizar sendas caminatas ambientalistas del día, ya sea a los costados del filo costanero o subiendo a la parte alta o zona agrícola. Para la persona que aprecia caminar y descubrir por libre en la naturaleza prístina, (o casi porque la huella humana, el desperdicio sintético, se da modos para llegar a lo más remoto del planeta), aquí tiene para refocilarse en su deporte filosófico.

Después de una jornada de andar y ver en la latente fragilidad de las especies que subsisten (existen con lo mínimo) en Galápagos, si el ocaso lo permite habrá incendios solares con la vista de fondo del volcán activo Cerro Azul (1.689 msnm), su última erupción se dio entre mayo y junio de 2008, se encuentra al sur oeste de Puerto Villamil, a 48 kilómetros de distancia.

A una cuadra del parque central y de la calle de los restaurantes del pueblito, se tiene a mano la primera poza salina para entrar en familiaridad con los flamencos y otras especies de aves de Isla Isabela. Más allá, conforme se anda por los caminos elevados sobre las charcas salinas, rumbo al centro de crianza de tortugas terrestres gigantes, se hallan grupos de flamencos rosados de hasta veinte individuos.

Hay más de una caminata recomendable, con senderos dignos de retornar cuantas veces uno quiera en el tiempo que nos hemos dado para contemplar en Puerto Villamil. Un recorrido fácil pero que puede ser extenuante por la canícula ecuatorial sumada  a una mala hidratación, es caminar hasta el punto culminante del Muro de Las Lágrimas o sea subir al tope de Colina Radar, ubicada a siete y medio kilómetros del parque central de Puerto Villamil. Colina Radar está circundada por bosque seco y la orilla rocosa, es mirador de excepción de los alrededores de Puerto Villamil. Aquí otras alternativas de trayectos matizados por el paisaje, flora y fauna de Isabela: pasear por Playa del Sol y Playa Grande, de  aproximadamente cuatro kilómetros de extensión;  ir al muelle de pasajeros y los complejos de manglares; dar la vuelta integral a Puerto Villamil por la vía al aeropuerto retornando por la vía al centro de crianza de tortugas gigantes; subir a la parte alta o mejor bajar por la vía del mirador El Mango; seguir la carretera de verano que pasa por Poza de Las Diablas hasta la caseta de registro de entrada al Parque Nacional Galápagos, de ahí tomar el camino lastrado que lleva al Muro de las Lágrimas, vestigio impresionante de la colonia penal  que estuvo activa de 1946 a 1959. Están a la mano, andando al Muro de las Lágrimas y Colina Radar, los senderos de las tortugas terrestres gigantes, esteros, cochas salinas, caletas de orilla rocosa volcánica; humedales con bosques de manglar, majagua y manzanillo.

La avifauna de Puerto Villamil y sus alrededores va desde individuos difíciles para un encuentro cercano, como el Gavilán de Galápagos que una vez he podido contemplar a discreción, hasta individuos que vienen al lente sobre la marcha o en ciertos parajes están agrupados: así los piqueros de patas azules de las rocas en la zona de El Estero. Esto dentro de un medio ambiente de por sí frágil que ofrece lo justo para que sobrevivan fauna y flora endémicas, creando sujetos de resistencia extraordinaria frente a la natural escasez de agua y comida, ejemplo, los Galápagos. En todo caso, la amenaza de la extinción se cierne en unas especies más que en otras; de las aves presentadas  en este artículo, tenemos a los pingüinos ecuatoriales endémicos de Galápagos que están al borde de unirse a la inmensa lista de especies desaparecidas en nuestra era meteorito.