Más Ficciones

El hombre sin espejos 2.6

Me había olvidado que de repente podía toparme con la flecha de mi destino, y tenía que concretarse en una bifurcación de caminos inevitable, ahí colgando el letrero que ahora tiene nombre propio. Así sucedió.  Hasta ayer, si me hubiese acordado de ese encuentro predestinado (a la verdad, no sé cuándo fue la última vez que brincó de la memoria tal ineludible probabilidad), habría figurado una flecha clavada en un poste de madera diciendo por este sendero se llega “a XYZ”. Aunque sabía que sin esfuerzo ni intención consciente en cualquier momento estaría parado frente a la flecha de mi destino, la cotidianidad en Valle del...

El hombre sin espejos 2.5

  ¿Cómo habría sido el suceso de quemar el año viejo y ensalzar al año nuevo al estilo estridente Homo sapiens 2000? En Valle del Campesino, sería cometer una celebración humana inadmisible, vendría a ser la aniquilación de la vida contemplativa de Chancusig.  Esto lo imaginé la otra noche a propósito del tiempo recobrado de Proust, no lo dejé asentado intuyendo que me serviría para comenzar la siguiente entrada de esta suerte de borrador (que se quedará en borrador) del campesino Chancusig, cual no existía cuando el Ejecutivo estuvo perdido en Racionalidad Digital, todavía se hallaba en proceso de fermentación recóndita. No...

El hombre sin espejos 2.4

Sentir el fluido del tiempo ampliado y ser sujeto de la relatividad temporal, tiene consecuencias: mi arraigo en tierra fértil. He mencionado que tengo la sensación de haber vivido una eternidad en radical soledad campesina que es la otra cara, apenas descubierta, de la eternidad en radical soledad del ejecutivo digital. Un eón mental ha transcurrido desde que resido al pie de las murallas que vierten agua dulce y suscitan la eufonía acuática de Río Azul (lo llamo así cuando le da el sol mañanero, y debería denominarse Río Fuego cuando es iluminado por el sol de los venados).    Respiro por fuera del calendario y no especulo...

El hombre sin espejos 2.3

Cuando el ser humano sufría la noche a conciencia podía ser un vividor de la penumbra, la sombra y la tiniebla como fue el caso de la velación de las armas de Don Quijote, antes de lanzarse a la aventura sin parangón en los siglos pasados, presentes y venideros. Para semejante artista de noche adentro, el tiempo del caballero andante velando las armas de derribar endriagos y vestiglos, no volaba en un sueño reparador sino que transcurría lento, intenso y creativo rumbo al amanecer. Para el artista noctívago, las campanadas de medianoche eran el punto de partida generador de riqueza interior, incluyendo la belleza gélida de los...

El hombre sin espejos 2.2

Dije que Chancusig, apenas tuvo uso de razón cavernaria, se contaba en modo surrealista situaciones en lo silvestre desconocido que brotaban ya despierto, ya dormido. No me quepa duda que ese don oculto ha inspirado sus creaciones holográficas de las que se desprendía en borrador, pues, tal como manda el instinto surrealista, había que deshacerse de las proyecciones automáticas remitiendo el paquete holográfico a Racionalidad Digital.    El instinto surrealista se ha disparado acá con ventaja insoslayable, cómo no si tengo al sujeto de la experiencia deambulando de mañana, tarde o noche en la continuidad enriquecida de la...

El hombre sin espejos 2.1

  Apenas ingresando a la mansión Chancusig, quedó expuesto que nunca podría haber sido la cabaña de un náufrago. Oh, Malinche, eres la diseñadora y hacedora de los suspiros de este beneficiario de tu arquitectura para la vida lenta. El ojo cósmico como residencia en la Tierra entró en mi ser terrenal con la gracia postrera del sol de los venados. Nada de fortuito en la mansión Chancusig, se trata de que las puertas de la percepción se abrieron de repente al ser que dejó atrás la caverna, en eso consistió el edificar de Malinche. Ella moldeó el ojo cósmico con la materia disponible de nuestra época de integración molecular al...

El hombre sin espejos 2

Estas son las primeras palabras que vuelco en un cuaderno de bitácora que será intermitente, sin fecha ni horario en el calendario. Desde que tengo uso de razón y memoria me he narrado historias orales, hoy me nace hacerlo en la modalidad escrita por la aventura inédita que inicié libre del todo del chip conductor de Racionalidad Digital, y no podía tener un mejor título: El hombre sin espejos. Empiezo: me recogió puntual, al final de la manga aérea, el AVUA, modelo libélula fucsia, y cerré los ojos en el pasado y los abrí en el futuro. Así fue el trato con Malinche, abandonar sin adioses ni preámbulos la piel del Chancusig de la...

El hombre sin espejos 1/2

  Chancusig, en sus elucubraciones diurnas, se apostó a sí mismo fuerte: una tarea existencial que no tiene parangón como súbdito y ejecutivo de Racionalidad Digital, esto es que empezó a desear toda una vuelta de 360º del  planeta Tierra al Sol: sin espejos y prescindiendo de su chip conectado a la corriente del ciberespacio incesante. Ese intempestivo llamado a bucear en lo ignoto a largo plazo fue proponerse una aventura que lo llena de gozo apenas especular con ella. Se decía a sí mismo que iba a salir de la caverna digital de vacaciones a ninguna parte, es decir a donde sea inubicable por el rastreador global. Eso sí con...

Machángara

  Tichya está en el punto de partida del sendero, apenas se detiene en el pintoresco letrero que reza A orillas del Machángara, rebasa la figura de la mano señalando con el dedo índice el futuro imperdible. Tiene rumbo en estos pagos prístinos: adentrarse en la ribera de bosque primario andino, bordear la vega y cañadas de agua dulce corriendo por el río nacido de las entrañas del volcán Atacazo. El añadido es que iniciando la marcha, con la saludable lentitud corporal que se le achaca al perezoso, oye la voz grave cargada de solemnidad femenina anunciando: A continuación la introducción metalera de las sagradas notas...

Tichya 3/3

Tichya se para y torna a ver cuánto ha avanzado en el viaje de punta rocosa a punta rocosa, teniendo como intermedio a la playita extendiéndose placentera al son de manso oleaje. Aproximándose al otro lado no solo se ha estirado la playa sino que ha crecido en su ancho, y  luce la fina arena crema abundante y caldeando bajo el borde del bosque de Manzanillo desembocando verde y frondoso en el filo marino. Manzanillo: hermosura arbórea conteniendo el fruto prohibido al mortal humano mas no al mortal galápago. Bosque de manzanillos llamando a anidar a su pie, y amparo, a las iguanas marinas formando un ruedo de cofradía bañista...

Tichya 2/3

  Cesa de golpe el aguacero y me reflejo en la arena húmeda reverberando, lamida por rítmicos coletazos de oleaje privilegiado para surfear con la vista. Hileras de olas reventando a distancia, luz solar pintando de celeste y turquesa el horizonte marino empatando con el cielo: eléctrico azul matizado de nubes grises como si fuesen los rescoldos ahumados de una hoguera moribunda.  A las formas de paisajes de orilla se suma tibia brisa echando a rodar el secado corporal original, desde la gorra cubre-cuello para abajo. De la playa ancha de bajamar brotan figuras y sonidos de especies en acción; aquí el pájaro ostrero,...

Tichya 1/3

Soy Tichya. Me saluda la figura distinguida, vistosa, amable, de una persona que sobresale de los espontáneos transeúntes del mundo que Tichya percibe con intensidad. La persona transeúnte me llega esbozando la sonrisa contemporizadora de “te reconocí” y emite un sonoro buenos días y Tichya contestó inmediatamente con otro alegre buenos días como acto reflejo de cortesía mutua entre viajantes. Tengo claro que no la hubiese reconocido como viajante entre los transeúntes espontáneos sino es por su franco abordaje callejero. Esto de saludar vocalizando, fuerte y nítido, a otro viajante está sujeto a la personalidad del ser en...

Mezcalito 2/2

¿Qué veo y oigo?, es el angelote borrachón de la mueca inolvidable que, subido en rústica tarima de orador por libre, luce gigantesco, rara avis, debe ser el efecto sutil de sus alas tricolor que se pliegan y despliegan como un acordeón al son de las emociones del músico anunciando la recitación del poema intitulado Mezcalito. Ahí va, Mezcalito, dice aclarando su voz grave. Y un eco me susurra al oído ahí va para Tichya, Mezcalito.   ¡Perfectamente borracho!, enhiesto en mitad de la algarabía; su porte regio resalta como Athena escrutando el mar de la Antigüedad. Charros zapatean con el mariachi, en la plaza mayor es tiempo...

Mezcalito 1/2

Estoy de visitante en Quauhnáhuac, respirando a tope Ínsula Cónsul Firmin, alias Mezcalito. Un paso más e inicio la vuelta en busca del aire claroscuro, luminosa tiniebla, de Mezcalito. La visita de rigor, esa que me prometí no sé cuántas veces sin echarla al trastero del olvido, la voy a cumplir apenas ingresé a media mañana a Ínsula Cónsul Firmin. La vida en borrador a plenitud es estar aquí alerta y con los sentidos afilados, de súbito he entrado en indómito bosque, me dejo llevar inmerso en selvita tropical de sabana, voy a gusto avanzando en sendero elevado de pasamanos rústicos de caña guadua y piso de latillas marrones...

General Trotamundos 2/2

Favor, están en libertad de escucharme mientras dan vuelta a la plataforma acústica y sus aromáticos contornos floridos; yo comunicaré lo justo y necesario haciendo la aproximación obligada a sus soberbios escarabajos voladores, mis palabras llegarán a cada uno de ustedes a manera de peripatética memoria reflexión a viva voz. Almas provenientes de la unicidad de Ciudad-domo de Las Américas, ciudadanos diseñados para la existencia plena en soledad acompañados de miles de sus congéneres contemporáneos, como decimos acá: bienvenidos y adiós. Los recibo en mi calidad de implementador, administrador y usufructuario de este proyecto...

General Trotamundos 1/2

La aurora y el amanecer vinieron nublados y húmedos en tierras altas primaverales, había corrido garúa temprana que no derivó en aguacero en el vallecito subtropical, cálido y seco. General Trotamundos, aprecia tener sembrados de la yerba de origen por excelencia prestigiada en las urbes homeostáticas de Las Américas, y se le ocurre que la leyenda del producto final que entregará a los urbanícolas de marras debería rezar así: “Cannabis elixir, una gota basta para esparcir en tu cuerpo-mente los sabores, aromas y texturas de Valle Chulla Vida”.  Los urbanícolas escogidos para beneficiarse de ser los transportistas del banquete de...

En ninguna parte

¿A dónde vas, paisano? A ninguna parte, chiquillo... ¿Y te queda muy lejos ninguna parte? No sé, puede estar a kilómetros de distancia, allá por el lomerío Pegujal o mejor todavía se esconde a la vuelta, saliendo del sendero de floripondios y apenas penetrando en la selvita de faiques tras el recodo. Qué sé yo dónde y cuándo estamos inmersos en ninguna parte, es intempestivo. Un concejo o advertencia también: si algún día haces de ninguna parte una suerte de ejercicio filosófico, asegúrate de quedar “atrapado con salida” porque de súbito el nirvana podría convertirse en purgatorio, recuerda que el camino a caer en infiernillos...

Vibraciones Conolophus

Baltra, la isla de los adioses. Aquí, el mote, ha desplazado al nombre oficial de Isla Seymour Sur. No se sabe a ciencia cierta de dónde proviene la palabra Baltra, no aparece en el diccionario actualizado de la RAE, y poco o nada aporta el significado acorde con el Diccionario histórico de la lengua española 1933 - 1936, a saber:  [BALTRA, f. Sal. Vientre, panza. «Algo les hace escupir \ un bejuquillo de la ampa. \ pero aun les queda repleto \ el estómago y la baltra,» Villarroel, Obr., ed. 1794, t. 11, p. 97 ]. En todo caso, Baltra, tiene mucho más que enseñar que el pintoresco aeropuerto  de ingreso al  archipiélago encantado....

En busca del Lobo Fino

Aristocrática iguana del orden jerárquico Venustissimus, de majestuosa cabeza cornuda, ojos claros y dorso espinado realzando verdes, blancos, rojos y negros, de piel áspera y sangre fría en pos de vitaminas solares, hacía guardia en el Portal de Las Botellas. Detuve la marcha a la distancia de rigor que no perturbe su tarea sagrada, y sin más dirigí mis vibraciones matinales al sereno reptil. “Su merced, descendiente directo de las deidades de las estrellas oceánicas del multiverso, criatura endémica de la isla que me acoge en calidad de caminante total, ser de la sonrisa hierática por naturaleza divina, ¿me permite pasar… voy en...

Gato cangrejero

Andar por el filo rocoso te ha venido agradable cuando reina la marea baja y por eso hoy te alejaste del puerto más de lo conveniente, y sucedió proyectado al cubo la situación que Jennifer, la chica local atenta y conversadora del restaurante Los Delfines, te advirtió evites a toda costa: quedar atrapada en una caleta en pleamar. Apenas anteayer, merendando sabroso en Los Delfines, reíste con la manera de cantar la comanda al chef de lo que solicitaste para comer y beber: “la doctora quiere lo de siempre”, aulló Jennifer. De entrada en Los Delfines, cuando intercambiaron nombre, oficio y/o profesión de cada quien, le pediste que...

Playa de los cerdos

Tilda, ayer tomaste el lado derecho de lo que ahora sabes es una bifurcación inconfundible de trochas que te han dicho que antaño eran rutas autorizadas para cazadores de especies invasivas. Formas de plásticos de bebidas hidratantes y de gaseosas medio venenosas resaltan en el bosque casi-prístino como mensajes de la globalización de la basura sintética diciéndote: te perseguiré a donde vayas para recordarte el mundo que habitas fungiendo de connotada psicoterapeuta. En todo caso, sugieren que de repente estos senderos son transitados por cazadores que han pasado a ser furtivos puesto que carecen de permiso del Parque Nacional....

Rey Iguana

Estás penetrando a una zona peligrosísima, a una abominación no vista hasta ahora en estos pagos de Abraxas inspirado… jajajojojiji, bromita nomás era porque vas rumbo al mar y sus murmullos eléctricos y las formas salobres de artríticos mangles, andas en pos de calzarte los ojos oceánicos del vate Neruda y ver más que ayer como decía el artista pintor Mora. Vienes atravesando un segmento del infiernillo paradisiaco que es el bosque seco inédito y los aromas de palo santo como referencia aromática del conjunto vegetal selvático. Amiga Tilda, escapaste por los pelos al senderito de guarda parques que se ofreció a tu sed de...

A ritmo de galápago

En el planeta de los humanos muchas comparaciones despectivas y que denotan perversidad de los individuos de la especie dominante, se sustentan en el comportamiento y en las imágenes de los animales puros salvajes. De facto el que va a ritmo de galápago es el galápago pero ella, Tilda, quiere experimentar, en el sitio preciso para ello, lo que es ir detrás de una tortuga gigante. Desde que pisó Isla Isabela con esa fijación a cuestas, está siendo acusada de pasiva por parte de Inti –ya con huecas palabras, ya con cansino lenguaje corporal–. Inti ha venido a ser para Tilda un índice de velocidad, es el ser que funge de idóneo...

Pajarero mirador

—Dandy, me voy a pernoctar con las estrellas en las alturas de Pajarero mirador. —Quiere, su merced Ginebra, que prepare algo apetitoso para desayunar arriba, ¿qué le provoca? —Ya que lo mentas sí, me encantaría una cosita sabrosa. Arriba amaneceré con la gana de hundirme en los sabores, olores y texturas de una tortilla española que incluya cebolla paiteña, pimientos morrones y guisantes verdes frescos… ¡Por Gea!, tú sí que sabes hacer la tortilla española de pandereta, cosita fina que a una la transporta al huerto en flor de olivos bíblicos de Getsemaní. No hay comparación con la tortilla instantánea, insípida y desangelada que...

Soda Bar Andrómeda 2/2

La noche en la que acaeció el portento de Soda Bar Andrómeda es el meollo de este relato que mi amigo el loquero onírico, me recomendó activar en modo terapia del alma, o más bien diría yo que es en modo ficción de una realidad que experimenté a plenitud y que no es posible clonarla sino apenas hacer de los hechos concretos una narración extraordinaria o algo así. Voy a ello sin más preámbulos, la noche empezó saludable como en las otras ocasiones que acudí a la Milla Histórica o Ciudad Vieja, cenando delicioso menú vegetariano en Cueva de Godzilla, magnífico establecimiento festonado con hologramas nítidos de retratos de...